Por que se retuercen las hojas de las tomateras?
Por que se retuercen las hojas de las tomateras?
El tomate es uno de los cultivos más populares en la huerta, pero también uno de los más sensibles a cambios ambientales y problemas de manejo. Uno de los síntomas más comunes —y que más preocupan a quienes recién empiezan— es el enroscamiento de las hojas.
Que las hojas se doblen, se encrespen o se enrosquen hacia arriba o hacia adentro no siempre significa enfermedad. De hecho, en la mayoría de los casos hay causas simples y corregibles.
En esta guía te explico todas las razones por las que puede ocurrir, cómo identificarlas y qué medidas tomar para ayudar a tu planta.

1. Estrés ambiental (la causa más común)
✔ Calor extremo
Cuando las temperaturas superan los 32–35 °C, la planta de tomate reduce la pérdida de agua enrollando ligeramente sus hojas hacia arriba.
Cómo reconocerlo
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El enroscamiento aparece en las horas más calurosas.
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La planta se ve decaída, pero mejora al atardecer.
Qué hacer
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Proteger con media sombra durante olas de calor.
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Regar temprano en la mañana.
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Mantener buen acolchado (mulch) para conservar humedad.
✔ Viento fuerte o clima muy seco
El viento reseca los tejidos y la planta se defiende cerrando hojas.
Solución
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Colocar cortavientos naturales (setos, mallas, cañas).
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Aumentar el mulching para equilibrar la humedad.
✔ Frío repentino
Temperaturas por debajo de 10 °C pueden producir deformaciones temporales.
Solución
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Proteger con manta térmica o cubrir por la noche.
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Esperar: los brotes nuevos suelen salir normales.
2. Riego inadecuado (exceso o falta)
El tomate es sensible tanto al riego excesivo como a la falta de agua.
✔ Falta de agua
Produce hojas que se enroscan hacia adentro, marchitamiento y crecimiento lento.
Solución
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Riegos profundos pero espaciados.
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Mantener sustrato húmedo pero no encharcado.
✔ Exceso de agua
Genera hojas caídas, amarillentas y enrolladas por estrés radicular.
Solución
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Mejorar drenaje.
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Dejar secar ligeramente el sustrato entre riegos.
3. Exceso de poda o mal tutorado
El tomate responde al estrés mecánico (poda intensa o doblado de tallos) enroscando hojas por unos días.
Solución
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Evitar podas agresivas de una sola vez.
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Usar tutores firmes para que el tallo no sufra tirones.
4. Nutrición desequilibrada
✔ Exceso de nitrógeno
Produce crecimiento muy verde pero débil, con hojas que se doblan.
Solución
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Reducir fertilización nitrogenada.
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Incorporar potasio y materia orgánica.
✔ Carencia de calcio
Relacionada con riegos irregulares. Puede acompañarse de pudrición apical.
Solución
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Regular riego.
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Aportar calcio (cáscara de huevo bien molida, enmiendas cálcicas).
5. Daño por herbicidas (deriva)
Si cerca se aplican herbicidas hormonales (2,4-D, Dicamba), el tomate puede absorber pequeñas cantidades y deformar las hojas.
Cómo reconocerlo
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Hojas muy finas, retorcidas, como cucharitas.
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Brotes nuevos deformados.
Solución
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No hay tratamiento directo.
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Si el daño es leve, la planta puede recuperarse con el tiempo.
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Evitar que el viento lleve herbicida hacia la huerta.
6. Plagas chupadoras (pulgones, ácaros, mosca blanca)
Los insectos chupadores se alimentan de la savia de las hojas jóvenes, provocando deformaciones, enroscamiento y crecimiento irregular.
✔ Cómo reconocerlos
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Se concentran en brotes tiernos.
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Puede haber melaza o puntitos.
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Algunas especies (ácaros) requieren lupa.
Soluciones orgánicas
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Agua jabonosa: 1 cucharada por litro, cada 3 días.
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Aceite de neem: 3–5 ml por litro, cada 7 días.
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Eliminar hojas muy afectadas para frenar el avance.
7. Virus del rizado del tomate (acanalamiento o “curly top”)
Es la causa menos común, pero importante de mencionar.
Cómo reconocerlo
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Plantas chicas, detenidas.
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Hojas duras, gruesas y muy enroscadas.
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Brotes nuevos deformados.
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No mejora con riego ni fertilización.
Solución
No existe cura.
Si se confirma, lo más recomendable es retirar la planta para proteger las sanas. Por eso es clave descartar primero todas las otras causas.
Conclusión
Las hojas del tomate pueden enroscarse por muchas razones, pero la mayoría tienen solución:
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Calor, viento, frío: proteger y mejorar el ambiente.
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Riego incorrecto: ajustar frecuencia y drenaje.
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Exceso de poda o nitrógeno: reducir estrés.
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Plagas: controlar con tratamientos orgánicos.
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Virus o herbicidas: en casos graves, la planta no se recupera.
La clave es observar la planta, revisar el clima reciente, el riego y los brotes jóvenes para identificar la causa. Una vez detectada, los tomates suelen recuperarse rápidamente y seguir produciendo sin problemas.
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